El Corán es un libro que dirige su discurso a la gente para que, por medio de la razón, la reflexión y la investigación, crean en él con consciencia y certeza. Es por eso que en ocasiones llama a la gente a que observe: {Di (a tu pueblo, ¡oh, Muhammad!): “Observen y reflexionen sobre (todas las pruebas acerca de la unicidad de Al-lah presentes en) los cielos y en la tierra. Pero ni las pruebas de Al-lah ni los amonestadores servirán de nada a quienes se niegan a creer} [Corán 10:101]. Otras veces invita a la reflexión: {Diles (¡oh, Muhammad!): “Los exhorto a hacer una sola cosa (para que se les evidencie la verdad): pónganse ante Al-lah (con sinceridad), en parejas e individualmente, y reflexionen} [Corán 34:46]; y como tercer medio, se vale de preguntas para exhortar: {¿Acaso no ven (los idólatras) cómo las aves vuelan suspendidas en el cielo? Al-lah es Quien las sostiene. Ciertamente, en ello hay pruebas (del poder de Al-lah) para quienes creen} [Corán 16: 79].